LA GENERACIÓN DEL BICENTENARIO
La vacancia al expresidente Martín Vizcarra por el
Congreso de la República, en una situación complicada no solo por la pandemia
sino también por la crisis económica en nuestro país, fue la gota que rebasó
el vaso y despertó la indignación de la población, que salió a las calles a
protestar por la inestabilidad política en el Perú desde hace varios años. Las
multitudinarias manifestaciones en todo el país tuvieron como protagonistas a
los jóvenes del Perú, a quienes se les ha bautizado como “Generación del
Bicentenario”.
Pero, ¿Qué entendemos por la llamada Generación del
Bicentenario?
Este es en sí un término políticamente potente, es
una nueva cultura política que está presente en todos los sectores, que desde
que se acuño dicho termino, ayudó a fomentar una identidad entre las diversas
personas que protestaban en defensa de un solo motivo.
El Bicentenario escaseaba de una narrativa que le
diera sentido, teníamos uno cabizbajo respecto a la historia llena de
injusticias, calamidades, y luchas sin resultados y también por las carencias
existentes como país. La movilización social termina ayudando a resignificar estos
200 años desde nuestra independencia como las múltiples generaciones que a lo
largo de la historia se han levantado para defender los valores democráticos y
ciudadanos.
La Generación del Bicentenario, una nueva
generación que ya abrió los ojos, que lucha por una democracia propiamente
dicha, y dejar atrás el pensamiento de que solo existía participación del
pueblo en las elecciones. Una generación que ha sido la primera línea de
protesta a pesar de las dificultades- Covid19- y que salió a luchar, reclamar por
sus derechos, y no dejarse arrebatar lo poco que tenían. Esta generación con
alta capacidad de movilización: el hartazgo ante la impunidad y la
posibilidad de construir una sociedad plural con nuevas formas de
representación, con una narrativa de moral pública que pugna por devolver
decencia a la política, algo utópico para el Perú, pero no imposible, esta
generación nos deja claro con una conciencia clarísima acerca de que el poder
está en la ciudadanía organizada, y no en las instituciones.
Las marchas sin lugar a duda han provocado una
ruptura y un potente llamado de atención: los jóvenes le han puesto un
límite al sistema político de los adultos. Han trazado un nuevo campo que
permite retomar el entusiasmo por el futuro, dejaron de ser un peruano más,
para ser una nueva generación y pasar a llamarse la generación del bicentenario
y arengar por las calles “se metieron con la generación equivocada”.
Definitivamente, esta generación es un movimiento
que no busca liderazgos: sino que es la conciencia crítica de una
sociedad que se ha cansado de la indiferencia y la normalización de la
corrupción en nuestro país.
La generación que no dejo que los medios de comunicación persuadan con falacias lo que verdaderamente estaba pasando, esta generación se informa y contacta y opina en redes sociales como Instagram, Twitter y Facebook, o incluso Tik Tok, donde estos mensajes difundidos por redes sociales tuvieron un alcance potencial a escala mundial donde el Perú estaba en boca del mundo, sin duda es la generación que utilizo hasta el último recurso para defenderse y alzar su voz.
La Generación Bicentenario, en el camino hacia los 200 años de nuestra
independencia, anhelan un país mejor: sin corrupción, sostenible, con igualdad
de oportunidades, donde se respeta y reconoce nuestra identidad y diversidad,
donde exista una sociedad más justa e inclusiva; son personas que se movilizan
para encontrar soluciones a grandes problemas y, sobre todo, que reflexiona sobre
cómo hacer un mejor país. Esta generación ya puso las manos a la obra.
Debo hacer mención, que es curioso que ya hayan pasado mas de 130 años desde que se recitó por primera vez el discurso del Politeama del gran Gonzales Prada y justo en estos momentos amerita citarlo:
“Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoi para dar una lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro. La fiesta que presenciamos tiene mucho de patriotismo i algo de ironía: el niño quiere rescatar con el oro lo que el hombre no supo defender con el hierro.
Los viejos deben temblar ante los niños, porque la jeneración que se levanta es siempre acusadora i juez de la jeneración que desciende. De aquí, de estos grupos alegres i bulliciosos, saldrá el pensador austero i taciturno; de aquí, el poeta que fulmine las estrofas de acero retemplado; de aquí, el historiador que marque la frente del culpable con un sello de indeleble ignominia.
Niños, sed hombres, madrugad a la vida, porque ninguna jeneración recibió herencia más triste, porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni venganzas más justas que satisfacer”.
Por último,
expresar que la implicancia de formar parte de la generación del bicentenario,
no solo basta con salir a protestar y ya, ser de la nueva generación conlleva
una gran responsabilidad, estudiar, leer y estar informados de lo que pasa en
nuestro país es el primer paso para mejorar,
contribuir a la formación de una verdadera ciudadanía, ser personas
responsables al momento de elegir nuestros representantes, con esto me refiero
a que seamos las personas que queremos que haya en la sociedad, porque somos el
presente y el futuro de nuestro país.
Miembro de la Asociación de Debate Última Instancia "A.D.U.I."
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