EL CARMELO: UN JUICIO PENDIENTE
Asumo que todos en un determinado momento tuvimos la imagen idealizada de un caballero: personaje altivo, valiente, magro; armadura con magulladuras y un sinfín de aventuras por contar. Así imaginé a Carmelo cuando tuve ocho años, sus primeros rastros de existencia llegaron del verbo de un familiar que con avidez me contó el cuento, al oír el título creí inocentemente: ¡oh, un caballero! ¿Su nombre? Claro, su nombre es Carmelo y concluido el asunto. Por algunos tropiezos y vaivenes de mi niñez dejé de lado al personaje valdelomariano; pero hoy vuelve diferente, forastero, enigmático. Ha vuelto El caballero Carmelo desde el 13 de noviembre de 1913 en que fue publicado en el diario La Nación, pero ¿qué puede ofrecer esta antiquísima narración en 2022? Sin duda este cuento ha trascendido la pasta del libro y el olvido, pues como dijo Cortázar (1970) “Todo cuento perdurable es como la semilla donde está durmiendo el árbol gigantesco. Ese árbol ...